viernes, 26 de marzo de 2010

Sexualidad Sagrada I

Esta es la primera de dos partes, de un resumen que elaboré a partir del libro: Tantra - Amor Sexual en Modo Divino Por BARRY LONG.

Se los comparto a continuación con amor, consciencia y sobre todo, con la esperanza de que este tema nos abra los ojos, la mente y el corazón, hacia el divino regalo del amor sexual,consciente y sublime, cual debe ser.

El hombre y la mujer han olvidado cómo hacer el amor física, emocional y espiritualmente. Se dice que originalmente, hace alrededor de doce mil años, los cuerpos individuales de los hombres y las mujeres estaban permanentemente rodeados por una magnifica orbe o aureola dorada. Esta, irradiando del plexo solar, se extendía visiblemente muy por encima de la cabeza adentro de la tierra y hacia afuera más allá del alcance de los miembros extendidos.

El orbe de la mujer era de un dorado ligeramente más profundo que la del hombre, pero ambas tenían la misma hermosa, sublime y deslumbrante cualidad. La mujer era puro amor, el polo pasivo sereno del amor espiritual humano sobre la tierra. El hombre el polo positivo activo, también era amor, pero no puro amor en el mismo sentido. El era el amor de la autoridad pura, el principio masculino, que era el guardián del amor, o de la mujer, o de la Tierra.

El amor de él o de ella era responsable de mantener la cualidad divina, dorada del amor entre ellos. El brillo de sus aureolas reflejaba en todo momento la intensidad y la pureza de ese amor. Su acto de amor físico era extático. La energía divina generada era tan poderosa que después de hacer el amor sus cuerpos o halos se encendían con un esplendor increíble. Esta irradiación auto luminosa del espíritu o amor creado en cada uno por la unión física era la manifestación de su divinidad sobre la tierra. El hombre y la mujer al principio del tiempo eran dioses, y ellos sostenían la consciencia y la presencia de su divinidad, su no-temporalidad, haciendo el amor físico divino.

El halo o la energía dorada era su medio de comunicación, juntos o separados. Su alcance iba más allá de su contorno visible, y a través de ella cada uno estaba en un continuo contacto imperturbado con el otro, en silencio y quietud - esto es en la consciencia mutua del amor puro -.

Con el tiempo, cuando uno de los dos halos necesitaban regenerarse, el hombre y la mujer se atraían juntos, hacían el amor como los únicos polos físicos de consciencia sobre la tierra y se iluminaban y regeneraban de nuevo. El regeneraba el amor de ella mientras que ella regeneraba el amor de él y su autoridad. La comunicación entre ellos era tan completa que no había necesidad de hablar.

El hablar se desarrolló con el tiempo; en los hombres y las mujeres, que al perderse ellos mismos en el tiempo dado a tras cosas, a construir el mundo, comenzaron a olvidar amar - esto es, olvidaron como ser ellos mismos todo el tiempo. El resultado fue que fallaron en hacer el amor físico, divino. Sus halos o consciencia perdieron la conexión dorada y tuvieron que empezar a hablar a través de la brecha desarrollada entre ellos. Entonces, a través del habla, aparecieron los malos entendidos y la emoción.

Mientras el tiempo o la falta de amor invadían más el cuerpo del hombre y de la mujer, el habla reemplazó la inmediatez y la plenitud del amor y el vocabulario creció y creció. En vez de 'estar' en el amor, ellos decían, 'te amo', y otros muchos sustitutos verbales para el amor.

Varios miles de años después, la mayoría de los hombres y mujeres habían olvidado como ser amor y como hacer el amor. No obstante aunque realizaban aparentemente el mismo acto físcico, no podían liberar la energía divina y personificar en ellos mismos el espíritu viviente o la presencia de amor, el no-tiempo.Los cuerpos del hombre y de la mujer no estuvieron ya alineados en el amor, sino en el tiempo y la emoción.

Sólo tú y yo podemos hacer ese amor, ese Dios, aquí conscientes de que No hay tarea, obligación ni penalidad en el amor. Debes aprender a hacer el amor correctamente, sin autoindulgencia, sin buscar la satisfacción emocional y la autogratificación. Después de que hayas aprendido a hacer el verdadero amor físico y hayas empezado a restaurar tu halo dorado, descubrirás entonces cómo amar a tu prójimo, a tus enemigos, a Dios y a ti mismo. La pureza del amor está más allá de la necesidad de imágenes imaginadas y de artificios que requieren del sexo emocional.

Namasté नमस्ते

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