Hubo un tiempo muy lejano, en que Dios era mujer. Gaia para los griegos, Hathor en Egipto, Eda entre los escandinavos... la Diosa adquirió mil formas y nombres, pero se halla presente en el origen de todas las culturas. El gran poder de la Diosa residía en que presidía el principio femenino de la Creación, asociado al misterio de la procreación. En los primitivos contextos animistas, donde se desconocía el papel del varón en la reproducción, esta facultad se atribuía a una causa sobrenatural. De ahí que la Diosa simbolizara la capacidad de transformar, de dar vida. Por ello, la mujer era la medida de todas las cosas. Sus ciclos menstruales se relacionaban con los ciclos lunares, que claramente incidían en fenómenos naturales como las mareas.
El matriarcado legó esta religiosidad a la sociedad patriarcal posterior y así se prolongó su vigencia en la antigüedad. En su visión, todo estaba unido. La mujer transformaba, creaba y nutría, pero también necesitaba la energía masculina para hacer alquimia. Hombre y mujer eran la integración de dos poderosas energías cósmicas conectadas: acción y sentimiento, razón y magia, amor y sabiduría.
Cada humano, hombre o mujer es un ser completo, como una bola facetada de cristales que contiene todas las deidades. Por distintas circunstancias, se activan unos u otros arquetipos ; es decir, aunque una mujer se identifique con una energía femenina determinada, podrá potenciar más otras por efecto del entorno familiar cuando es una niña, o los de la sociedad siendo adulta. Así aunque una niña sienta una fuerte presencia de Artemisa, la diosa de la naturaleza, independiente y feminista, si sus padres la educan para que sea dulce como la miel, ella, para ser aceptada, se entregará a Perséfone, la doncella sumisa y complaciente, reprimiendo el arquetipo dominante de su psique. La sociedad es otro factor que fomenta algunas diosas y condena a otras. Tradicionalmente, las diosas potenciadas eran Perséfone, la hija, Hera, la esposa y Démeter, la madre. Afrodita la deidad del amor, fue condenada como «la prostituta». Ahora, con los logros feministas, las diosas más reconocidas son Atenea, arquetipo de la mujer triunfadora, Artemisa y Afrodita.
Por otro lado, las fases por las que pasa una mujer en su desarrollo también son causa de la activación de diferentes arquetipos. De esta manera, en su adolescencia puede ser una Perséfone, la doncella sin metas claras, conectada con sus sentidos y a la espera de venga algo o alguien capaz de arrebatarla, y cuando sienta su sexualidad y empiece a tener relaciones con distintos chicos surja en ella la bella Afrodita, que le dará la capacidad de enamorarse.
Arquetipos en las divinidades femeninas
El concepto de arquetipo fue introducido por el psicólogo suizo Carl Gustav Jung como término dentro del campo de lo psíquico. La existencia del arquetipo solo puede ser inferida, ya que es por definición inconsciente; Son los patrones de energía que expresamos tan espontáneamente como los instintos
ARTEMISA, DIOSA DE LA NATURALEZA SALVAJE, DE LA LUNA, HERMANA
Vital, de movimientos rápidos, ilimitada, centrada, libre, impetuosa, sabia, psíquica, independiente, osada, atlética, segura.
Una mujer Artemisa para desarrollarse más, tendrá que aprender humildad. Necesita volverse vulnerable para aprender a amar y a preocuparse profundamente por otra persona.
ATENEA, DIOSA DE LA SABIDURIA, DE LA ARTESANIA, HIJA DEL PADRE
Alta, elegante, expresiva, equilibrada, innovadora, práctica, sabia, astuta, visionaria, líder, artesana
La mujer Atenea para desarrollarse más tendrá que Recuperar a la niña que nunca fue, recuperar su ser infantil, "ver la vida" con los ojos de una niña asombrada. Tiene que reír, llorar y dejarse abrazar. Y descubrir el Valor y la fuerza de su madre, "redescubrir su relación con lo femenino, con la madre".
HESTIA, DIOSA DEL FUEGO DEL HOGAR y DE LOS TEMPLOS, MUJER SABIA
Serena, introvertida, pacífica, armoniosa, servicial, sabia, receptiva, sanadora, comprensiva, profunda.
La mujer Hestia para desarrollarse más debe adquirir la capacidad para expresarse con firmeza. Y lograr expresar sus sentimientos de manera que las personas que quiere puedan saberlo
HERA, DIOSA DE LA LEALTAD, DEL MATRIMONIO, ESPOSA
Matriarcal, comprometida, constante, peleona, posesiva, legalista, talentosa, responsable
La mujer Hera para desarrollarse más debe luchar para liberarse de ser la Hera vengativa.
DEMETER, LA DIOSA DE LA MADRE TIERRA, DE LAS COSECHAS, MADRE
Abundante, próspera, fuente de nutrición, cuidadosa, misericordiosa, sensitiva, realista, Fuerte, devota, posesiva, protectora.
La mujer Demeter para desarrollarse más debe ser capaz de escoger cuándo, cómo y a quién dar. Para hacer esto, debe aprender a decir que no. "Soltar a sus hijos", para que no dependan de ella
LA MADRE PERSEFONE, LA DONCELLA, REINA DEL MUNDO SUBTERRANEO, HIJA DE
Juvenil, Abierta, receptiva, flexible, indecisa, vulnerable, sincera, insegura, confiada, mística, poderosa, comprensiva. Ella ha estado en los submundos, y podrá ayudar a otros en este trance.
La mujer Perséfone para desarrollarse más tiene que enfrentar la vida por sí misma y cuidar de sí. Desarrollar su potencial de guía en el mundo subterráneo. Ella conoce ese mundo, puede trasmitir y ayudar. Podría ser una buena terapeuta.
AFRODITA, DIOSA DEL AMOR Y LA BELLEZA, DEL MAGNETISMO, MUJER CREATIVA, AMANTE, DIOSA ALQUIMICA
Instintiva, magnética, seductora, sensual, poderosa, fascinante, alegre, manipuladora, creativa, apasionada. Alquímica.
La mujer Afrodita para desarrollarse necesita empezar por conocer bien su patrón arquetípico, ésto será una información muy útil. Así como lograr liberarse de la culpabilidad de ser quienes son. Cuando lo conoce y decide modificarlo, para no herir ni ser herida, se produce un cambio fundamental. A partir de aquí, podrá tomar decisiones y prever y modificar las consecuencias, una vez que puede averiguar cuales son sus prioridades y logra ponerlas en práctica. El mito de Psique y Eros, es una buena guía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario